Cepillos de bambú o de madera, ¿qué material es más sostenible?
Esta pregunta surgió cuando empezamos con el proyecto de higiene dental en Mínima Organics.
Nuestro objetivo era ofrecer cepillos de dientes de un material sostenible y de producción local. Hay muchas marcas en el mercado que ofrecen materiales alternativos al plástico, así que pensamos que sería fácil.
Nuestra primera sorpresa fue encontrarnos con que no existe una fábrica de cepillos de bambú en Europa, es decir, todas las marcas de cepillos de bambú, tienen su fábrica en Asia. Producir en España de momento no es posible, si se hiciera, la materia prima igualmente, hasta ahora, tendría que venir de otro continente.
Es así como consideramos la madera. En Europa se producen cepillos de madera de roble o madera de la haya. Lo cual nos pareció una idea fantástica, ya que actualmente se fabrican en Suiza y Alemania utilizando tala responsable. Sin embargo, cuando planteamos esta opción a nuestros compañeros permacultores, concluyeron que es más sostenible el bambú, aunque provenga de lejos, que utilizar madera para su fabricación de cepillos, considerando estos aspectos:
Regeneración: El bambú es como un césped, que los vas cortando y creciendo durante años y crece hasta 1000 veces más rápido que un árbol de roble. Un árbol de roble llega a crecer 50 metros y tarda hasta 200 años en alcanzar su máximo tamaño.
Absorción de CO2: Una hectárea de un bosque de roble o madera de haya almacena alrededor de una tonelada de CO2 en su biomasa, mientras una hectárea de bambú moso absorbe cinco toneladas de CO2 en el mismo período de tiempo.
Además de la huella de CO2 que se genera con el transporte de los productos, hay que considerar que se debe reducir al máximo el impacto ambiental, por lo cual la el bambú utilizado para producir cepillos, debe tener el certificado de reforestación FSC (Standard for Chain of Custody Certification), que garantiza un buen manejo de los bosques.
De momento, traer de Asia los cepillos de bambú no parece una solución definitiva, pero cambiar tu cepillo de plástico por uno de bambú o madera es una contribución a reducir la contaminación de los plásticos. Hay que seguir buscando soluciones sostenibles, pero sobre todo, reducir nuestro consumo de objetos innecesarios.